Érase una vez un perrito de grafito,
con las patas de goma.
El perrito se rascó y el cuento se acabó.
Había una vez un pollito inglés,
que se fue a Francia y se volvió Francés.
Este es el cuento de una ardilla,
te lo cuento y se acaba enseguida.
Este es el cuento de una canasta y
con esto te digo basta.
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